miércoles, 17 de agosto de 2016

Eso que ves, son faros.

Terminar el día y observar el firmamento puede llegar a ser una bendición. Te das cuenta de que el mundo va más allá de esa frontera invisible que llamamos atmósfera. El mundo como percepción, puede ser más grande que la definición del diccionario. Es como cuando navegamos y solo vemos las millas que tenemos en frente. Hasta que vemos un faro y nos damos cuenta de que hay más gente como nosotros. Oportunidades nuevas. Personas nunca vistas. Nuevos mundos.
Es que, eso que vemos en la oscura noche, no son estrellas, son faros. 

El faro representa cuatro aspectos: 

- Guía, porque en esta travesía, necesitamos puntos en el camino que nos alienten y nos indiquen si el camino es el correcto.
- Compromiso, ya que todos mantenemos los faros encendidos, porque al igual que los de puerto, si no se requiere de su uso, se destinan únicamente para observar su grandeza y el pasado que encierra. 
- Esperanza, siendo uno de los más importante, porque la ilusión es el principal motor de cada día, la certeza de que vas por buen camino es otro y ver que no eres el único en recorrer este largo camino, pueden ayudarte a no perder nunca la esperanza de ser alguien en la vida.
- Punto De Encuentro, a pesar de haber millones de faros, en el que elijamos, siempre encontraremos a personas como tú o como yo, que puedan ayudarte, mejorar tu vida y quién sabe si podrán ser parte imprescindible de tu equipaje. 

Ahora, recrea en tu mente un grandioso cielo estrellado e imagina que cada estrella que ves es una nueva oportunidad en la vida. Una oportunidad especial, porque te la da el destino por tus obras. Con ella podrás volver a nacer, redimirte y crear una nueva versión de ti, con nuevas personas y con parte de las que ya conocías. Constantes y variables. Para llegar a nuestro faro, tenemos que tomar decisiones, saber elegir y saber actuar. Esto puede ser una de las claves de la vida, aprender a actuar, errar, perseguir una nueva oportunidad y continuar adelante.

El universo está plagado de estrellas. Miles de puertas abriéndose a la vez. La abres y vuelves a nacer. La cierras, y muere tu otro yo. Vive, vivió, vivirá. Muere, murió, morirá. Paradójicamente, sigues siendo el mismo. Constantes y variables. Cambiar y permanecer en uno mismo.

El sentido de todo esto, es que la vida es un viaje desde un puerto de salida, hasta uno de llegada. Cada faro que encuentras te guía, y vas obteniendo experiencia y nuevas oportunidades, además de personas que pueden ser pilares de tu vida por lo que representan. Y el objetivo de los faros es convertirnos en mejores personas, con nuestras constantes, y nuestras variables.

''El arte de renovación del ser humano es maravilloso''

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