Hoy te vi. Seguías igual de hermosa.
¿Eres de verdad o solo una fantasía de dios?
Te encontrabas el final del pasillo del instituto, apoyada en la pared.
Vestido negro, tacones altos y elegantes, melena no muy larga, piel lisa y suave, pelo moreno y complementado con un gorro de lana. Gafas hipster y ojos claros. Estatura media y un porte inigualable.
Llevaba semanas fijándome en ti, en tu hermoso caminar, en tus curvas que hacían derrapar mi mirada en tu cintura, y sobre todo, en tu bella sonrisa, la que me cautivó e hizo que me enamorara de ti. Dientes alineados y pintalabios de color rojo pasión. Iba de una oreja a la otra. No sabría decir si transmite dulzura o maravillas de otro mundo.
Tu sonrisa es el reflejo de tu alma.
Yo me encontraba en las escaleras, sentado, sin nada que hacer. Giré la cabeza en tu dirección y de repente, sentí un impulso nervioso en mis piernas. Sin dudarlo, caminé hacia ti y sin saber muy el motivo de que el destino juegue conmigo, tú hiciste lo mismo, pero hacia mi.
Cada vez nos separaban menos metros. Te sentía más cerca de mi. Pum, pum, pum... el corazón clavaba mis nervios en la piel.
Faltaba poco. 3...2...1...
Y nos cruzamos.
Tu melena seguía el movimiento de su vestido, tus ojos seguían la dirección de la gloria y tu sonrisa dibujaba el arco del triunfo.
Yo seguí.
Tú también.
Fue un momento eterno y a la vez pasajero.
Una sonrisa surgió en mi rostro.
Quizá porque me alegra oler tu perfume....
quizá porque tu sonrisa se contagia...
O simplemente porque he estado más cerca de ti.
Ese momento del día significó mucho para mi, aunque para ti solo sea un cruce más, con una persona más, en un día más.
Algo sin importancia.
El día fue perdiendo la batalla y la noche se convirtió en ganadora temporal.
Me encontraba en la cama, con los brazos tras la cabeza y mirando el techo, en el que se proyectaba la misma película todo el rato: el cruce de esta mañana.
Las noches anteriores han sido similares: meditando, sin dormir y con preocupaciones.
¿Qué hago?
No hay momento ni motivo para entablar una conversación.
No soy un hombre con muchas cualidades, no soy quien para conquistarla. No llegaré a ser ningún ''gentleman'' ni un galán capaz de enamorar a una dama tan perfecta.
Tormenta de dudas y pensamientos negativos.
Con este temporal, decidí salir al balcón a contemplar las estrellas.
Hay demasiadas como para contarlas, pero sí las suficientes para tranquilizarme.
Mañana será otro día...
... quizá surja algo.
Pasaron las semanas y me encontraba en la misma situación.
No sabía qué hacer.
Sufría por dentro y sonreía por fuera.
Era un mar en calma en mi rostro pero un mar en tempestad en lo más profundo de mi ser.
El amor me estaba perjudicando y no podía permitirlo.
¿Cuántas veces habremos sentido esa tristeza, que es pura y dura, y amarga y seca, por alguien quien no conocemos? Es difícil de comprender, o al menos me cuesta. Yo mismo he sentido este tipo de sentimientos: no soy nadie, no valgo para esa chica, no tengo nada especial... bueno, de todo se aprende, y hay que saber que existe la teoría de los puntos, es decir, en el momento en que no lo creas, aparecerá esa chica, la de verdad, y te tocará en el hombro y con una sonrisa nunca vista se presentará mediante un: Hola :)
De todos modos, hay muchas sonrisas y algo muy valioso que me llevaré siempre es que una sonrisa esconde los mayores secretos de una persona. Es como el telón que oculta la obra de teatro, en este caso, un drama. Y por eso mismo, tengo que decirte que no me gustas por tu sonrisa, no me gustas por tus complementos, no me gustas por tus ojos y tampoco me gustas por tus curvas. Llegarás a ser alguien importante en mi Historia cuando pasemos momentos juntos y riamos, lloremos y nos perdamos en el mundo como una sola persona. Ese instante llegará cuando me comprendas y logres descifrar mi lenguaje.
Es así como teniendo algo tan fugaz como el tiempo, lo malgastamos en falsos futuros y en promesas imposibles. Esa persona tan especial, no llegará por una buenas caderas, que va. Quiere, ama, anhela y echa de menos solo a aquel de quien conoces plenamente su sonrisa y ante todo, no pierdas el tiempo, porque al igual que las personas, se marcha.
''El amor es el motor de la vida, así que, aprende a usarlo''
No hay comentarios:
Publicar un comentario