Llevo unos días con una duda en la cabeza... ¿Odio el paso del tiempo?
El tiempo es el quinto tipo de fuerza que existe en la naturaleza. Si pudiéramos pararnos por un segundo y afináramos el oído, el tiempo sonaría como el rugir de las olas en el fondo marino: retumbaría en tu cabeza, haría que fueras consciente de lo inmenso que es el lugar que te rodea y de los secretos que se esconden tras escuchar un rato. Aunque parezca un tsunami, el tiempo se comprime y se expande.
Es demasiado para el que espera.
Extenso para el que sufre
Corto para el que ríe
y muy rápido para el que ama.
Esto significa, que el tiempo también es una especie de tren: Tiene distintas velocidades dependiendo de la vía. Si es recta, irás a 120 km/h (etapas alegres), si tiene curvas, como mucho a 50 km/h (etapas difíciles). La peculiaridad de este tren es que nunca se va sin dejarnos atrás. Sin embargo, una vez que entremos, nunca podremos volver a la parada inicial. Es decir:
''La vida es una camino de la cuna a la tumba, pero sin viaje de vuelta. No podemos volver al comienzo''
Es por eso, que a medida que crecemos, vamos desarrollando un sentimiento llamado nostalgia, una sensación de pena por la ausencia de alguien o de algo querido.
Aquel día en la playa, con el perfume marino llegando a mi nariz, mientras escuchaba ''Without you'' - David Guetta y con mucha ilusión por bucear.
Aquel día en que mi abuelo fue a caminar y me compró un lápiz para dibujar de color rojo. Un regalo tan simple que quizá sea por eso que aún lo guardo. Esa noche dormí bien.
Aquel día yendo a ver una película en el cine con los amigos, cenar y disfrutar de un paseo con las luces del atardecer y el suave frescor de la tarde de verano.
Son muchos los días en que me he sentido bien. Añoro volver a tenerlos conmigo. Pienso que no volveré a sentir aquellas sensaciones de felicidad y alegría. Es debido a que nos vamos haciendo mayores y vemos cómo el mejor amigo que tenemos hoy, puede que no sea el mismo que el de mañana. Quizá mañana pierda un ser querido por culpa del destino. O quién sabe si se me romperá el lápiz que me regaló mi abuelo.
Es miedo lo que tengo. Miedo por perder aquello que ha hecho que el tren en el que viajo no pueda ir a 120 km/h.
Aquí quiero aclarar, por fin, una cosa: El tiempo sea como sea, va a seguir fluyendo. No odio despertarme por las mañanas y ver que no se ha parado. Lo que sí odio es darme cuenta de todo aquello que amé, se ha marchado hacia lugares que no conozco. Los pilares de la Tierra no sé cuales son, pero para mi, sí son importantes mi familia, mis amigos y todo aquello que me cree un flashback y me haga retroceder al pasado, infligiendo las normas de la física y las del tren.

Para acabar... por lo único que podría odiar el paso del tiempo es porque aunque todo fluye, nada permanece... bueno, mentira, todo permanece. Estoy harto de ver el mismo panorama mundial, el mismo caos, las mismas disputas internacionales de dinero y poder, el mismo sistema educativo cambiado de nombre, las mismas locuras y el mismo mundo. Detesto ver que la mayor fuerza del mundo, que ni el hombre más corpulento es capaz parar, puede llegar a ser insignificante ante una humanidad derecha a tocar fondo.
''Listos para comenzar... bueno, lo dejamos para mañana, total, el tren del tiempo no para... pero quizá un día La Tierra diga basta''
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